El paradigma materno en los trastornos alimentarios

Diferentes estudios sostienen que El vínculo materno es uno de los factores desencadenantes más relevantes en el recién nacido y su desarrollo. En los casos de Anorexia o Bulimia, podemos considerar que remite a una madre que no ha sido capaz de conformar un vínculo satisfactorio con su hija; es decir, no ha posibilitado desarrollar de forma autónoma la identidad de esta. Para entender un poco mas esto abordamos los diferentes extractos de especialistas que sustentan esta premisa
Durante el período lactante, el neonato esta desamparado y no puede sustentarse por sus propios medios. Recién es en el tiempo del primer año de vida, donde el niño comenzara a ser independiente del ambiente que lo rodea. La madre, es capaz de dar a su hijo todo lo que necesite, para posteriormente dar lugar a la separación madre-criatura. En un principio la madre satisface las necesidades del bebé, pero luego su tarea es comenzar a desilusionar al mismo, posibilitando la separación mediante la toma de distancia y el juego de presencia-ausencia (Winnicott, D. 1987). Aunque la madre de la paciente anoréxica es aparentemente una madre “satisfactoria”, en realidad lo que ejerce es una sobreprotección no dando lugar a la frustración. Es decir, la madre se anticipa a las necesidades de la niña inhabilitando a ésta a experimentar instancias de diferenciación y frustración propias de un desarrollo saludable.
Winnicott, D. (1984) expone dos clases de trastornos maternos que pueden dañar al crecimiento del infante: por un lado, las madres que tienen como prioridad sus intereses personales descuidando los del niño; por otro lado, la madre que se preocupa de manera continua por éste, convirtiéndose el infante, en su preocupación patológica. En este caso por lo general, las madres expresan la intranquilidad acerca de la inseguridad y peligros que amenazan al niño; es una forma de ejercer sobreprotección.
Caparrós, N. & Sanfeliu, I. (2004) plantean que “el paciente anoréxico, preciso es decirlo, no sufre de falta de apetito, está aquejado de un peculiar control sobre sí mismo” (p, 24). Algunas anoréxicas han pasado por momentos de sometimiento y dominio por parte de su madre, la búsqueda del deseo de una hija casi perfecta o idealizada puede influir en las condiciones subjetivas para la formación del trastorno. De esta manera la anoréxica ejerce control sobre su propio cuerpo como forma de lograr sentirse independiente y autónoma ya que su madre cargó de exigencias a su hija no pudiendo constituir su identidad.
Martínez de Bagattini, C. (2004) plantea que estas jóvenes son alumnas excelentes, produciendo orgullo en sus padres y fundamentalmente llenan los “vacíos narcisistas” de las madres….
Ahora bien, en mi experiencia como madre de una persona que tuvo la enfermedad, como acompañante de muchos padres en estas situaciones y como psicóloga Social, comencé a cuestionarme ¿que hice mal? ¿Como podía haber causado tanto daño sin darme cuenta? ¿Como era mi manera de comunicar y educar que aparentemente el mensaje o la forma no había llegado a mi hija sino de una manera destructiva y avasalladora? ¿Qué aprendí, que yo no podía retransmitir en valores, principios formas? En todo este tiempo más bien ¿era un verdugo y no una madre? ¿O no veía que yo también estaba enferma, pero de qué? ¿Qué pasaba en los casos de las madres con hijos varones anoréxicos? ¿y el padre que rol tiene en todo esto? ¿Con los manuales de vida que no se les entregan a los padres, hay mala intención en hacer lo que hacemos? ¿Qué pasa con las personas que sufren abandonos, abusos o historias de vidas muy complejas diferentes a las mencionadas anteriormente? ¿Terminan todas con esta patología? ¿O con alguna otra similar? …. ¿Qué pasa con las historias de vidas que encontramos en diferentes áreas y que son ejemplos de éxito? ¿Ellos están bien y nosotros, y los nuestros, mal? ¿Son esas historias validas?
Entendí, que detrás de cada vida hay una vivencia que puede marcarnos, o no, y que existe la responsabilidad o como mejor me gusta decirlo, “Responder de la manera más optima o que se adecue de una manera no patológica y satisfactoria frente a las circunstancias que la vida nos presenta”, acá no hay culpables ni hijos ni padres, solo que no hemos encontrado la forma de entender la fragilidad del otro con el que me relaciono y donde considero, según cada modelo mental, que el otro me entiende y me conoce y que lo conozco, Lo que nos lleva a tener una idea subjetiva de lo que creemos que piensa y siente el otro
Considerar a la madre como la base del problema de estos trastornos es ya un mito, los trastornos de la conducta alimentaria como otras patologías, son por lo general multi factorial entre los que podemos mencionar creencias limitantes de la persona, entorno, sociedad, cultura, imágenes idealizadas, autoestima, relaciones interpersonales, experiencias traumáticas, trastornos o patologías asociadas, Problemas hormonales o inmunológicos, entre muchos otros.
Conocer la dinámica familiar puede ayudar a comprender más las causas por lo que la enfermedad se instauro, siendo un factor muy importante por considerar, a la hora de tratar y conseguir la recuperación optima del paciente.

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